Conocido por muchos es el cuento del Príncipe y el Mendigo, que trata de aquel príncipe que quería salir de su palacio para conocer como era el mundo fuera de las murallas, y para conseguirlo encontró a su gemelo mendigo de quien ocupó sus arapos pasándole sus ropas reales.
En este punto, se nos hace familiar el dicho "dime con quien andas y te diré quién eres" del cual se desprende este otro dicho "Dime como te vistes y de diré como te tratan". Es posible que existan variaciones a estos dichos, pero lo que si es cierto que esta es una realidad que a nivel mundial se puede apreciar. ¿Y por que no habría de darse esto, si lo anterior es tambien una realidad a nivel espiritual?.
La palabra nos dice que debemos vestirnos de toda la armadura de Dios para que podamos resistir en el dia malo (Ef. 6). Para explicar esto, tomaremos el modelo del prototipo de príncipe conocido por todos nosotros:
1) Todo principe, cuando debía por algun motivo salir de su palacio, lo hacía con todo un séquito real, su guardia real personal. No se iba solo ya que sabía que era un blanco facil y codiciable fuera del castillo.
2) Todo principe que salia de su castillo llevaba las mejores ropas reales, ya que él era el príncipe.
3) Todo principe llevaba un sello real que lo distinguia de otros príncipes.
Aplicación:
1) Nosotros sabemos que somos principes y que a cada segundo estamos enfrentados a nuestro adversario el diablo que anda como león rugiente buscando príncipes descuidados de Dios que deborar.
2) Sabemos que tenemos que colocarnos toda la armadura de Dios para soportar el día malo. (Efesios 6)
3) Debemos llevar su sello, su presencia a todo lugar al que vayamos.
Y para esto debemos de:
1) Alimentarnos para estar fuertes en la palabra (leer publicado anterior).
2) Orar teniendo comunión con Dios.
3) Hacernos el hábito de ayunar, ya que si mi carne esta muy fuerte puede que sea vencido por ella.
4) No olvidarse de tener un corazón y espíritu DADIVOSO, ya que no tenemos de parte de Dios lo que tenemos, para que lo guardemos. Compartamos al mundo, ya que necesitamos dar para que seamos transformados a la imagen del "Gran Dador" quien dió a su unigénito hijo por amor a nosotros, para que fuésemos librados de la muerte eterna.
Cada vez que salgas de tu casa, asegúrate de mirarte no solo en tu espejo material, para peinarte y arreglar tu pelo, tu maquillaje y tu ropa. Mírate en el espéjo espiritual (la palabra) y asegúrate de nunca salir sin tu ropaje y armadura real porque ... COMO TE VISTES TE TRATAN!!!!
Autor: Rafael Daviú Pimentel
Lic. Kinesiología.
Revisado por Alexis Pimentel Torrejón
Magister en Educación.
jueves, 18 de marzo de 2010
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