1º Pedro 5: 5b-10

Todo cristiano debe saber que no importa si estamos bien o mal, si estamos con muchos problemas o disfrutando de una gran bendición, debemos estar alerta a cualquier sonido de alarma. Tenemos un contrincante que aunque no vale un miserable centavo, se hace el que tiene mucho poder y nos asusta. Es verdad tiene poder y trata de imitar a nuestro Dios; pero mientras su pueblo sepa la verdad de las escrituras sabremos que no debemos temer. Ahora bien, no podemos caer en el juego con el que legendariamente Satanás ha hecho caer a los soldados de Cristo, o bien con lo que se ha terminado de comer a los cristianos tibios; estamos hablando del orgullo. No importa si estas bien o si estas mal, te pueden tentar igual. Si estas bien, puedes pensar que puedes tu solo, y el fruto de tu trabajo será tuyo y no glorificarás el nombre de Dios. Si estas mal puedes pensar que puedes salir solo de tu problema y te empecinarás tozudamente en que saldrás solo, y aún esto siendo cristiano. Ojo, que Dios resiste a los sobervios y da gracia a los humildes.

Coloquemos nuestra ansiedad en Dios!!.. quizás en un principio sea dificil porque existe un miedo de decir - "no sé que va a pasar con mi tema", pero ¡Dios tiene cuidado de nosotros!. Ojo que no somos los únicos "pobres cristianos en el mundo" que estamos siendo tentados. En todo el mundo hay cristianos que estan padeciendo incluso mas que nosotros, pero debemos estar firmes y velando, no solo por mi y mi familia que es lo que me corresponde, sino tambien por mis otros hermanos y por aquellos que estan entregando sus vidas afuera en nombre de Dios.

Que mas dá, si el Dios de toda gracia que nos ha llamado a su gloria eterna en Jesucristo, después que halla sufrido todo lo que sea necesario sufrir acá en la tierra, me llamará a gozarme a su presencia, y él mismo me dará las fuerzas para soportar, me hará crecer, perfeccionandome, afirmándome, fortaleciendome y estableciendome a fin de que ningun viento fuerte o terremoto me conmueva. No es genial Dios???...

En resumen, a Dios no le interesa tanto bendecirme con cosas que se van a romper y que no me podré llevar a mi eternidad, sino que le interesa moldear mi caracter a lo que él espera de mi.

Autor: Rafael Daviú Pimentel