Cuando las fuerzas se han ido, cuando tu estress ha llegado al máximo, cuando sólo sabes que tienes millones de cosas en la cabeza y te gustaría no estar en donde estás, solo desaparecer, es cuando puedes decir que Dios te ha dejado llegar hasta donde no puedes seguir más.
Dios a menudo lo hace ya que le interesas. Con sus hijos lo hace para enseñarles dependencia, y con los que no lo son, como un método de que puedan en algun momento de su afanada vida, mirar hacia al cielo y encontrar la respuesta a sus innumerables problemas.
Dios te enseña a DEPENDER; no siempre debe ser tu vida de la forma que se relataba al comienzo. Puede ser distinto. Tú puedes desde hoy comenzar a depender de Dios. El nos insta a que coloquemos nuestras cargas sobre él y que llevemos su cruz. Pero ojo QUE NO PODEMOS CARGAR CON AMBAS. Imagínate, llevar nuestras cargas y además la cruz de Cristo; es imposible. Por lo tanto, podemos llegar a la conclusión de que si no estamos entregando, deshaciéndonos, despojándonos (puedes agregar mas sinónimos) de nuestras cargas y colocándolas sobre él, NO ESTAMOS LLEVANDO SU CRUZ.
Un himno antiguo dice: "Con gusto cargo mi cruz, porque un día en vez de una cruz, un corona en el cielo él me dará".
Pero, ¿que pasará si no he cargado su cruz y solo me he dedicado a cargar con mis problemas?, no está en mi responder esta pregunta, ya que el único perfecto juez que sopesa los corazones es Dios y El es el único que se puede pronunciar al respecto y lo hará cuando El lo determine. Mientras tanto hazle caso a las indicaciones que te entrega el Espíritu Santo y ¡NO SEAS REBELDE, tú no puedes solo!.
Si algún día te ves reclamando por tus problemas, o caminando pensando ensimismadamente en las cosas que te suceden, hablando en voz alta y alegando del por qué las cosas no pueden ser diferentes; si te sientes irritable o les has hablado fuerte a tus seres amados, en ese mismo momento DETENTE, RECAPACITA, TOMA AIRE, MIRA AL CIELO, PIDE PERDÓN, ENTREGA TU CARGA, OLVÍDATE DE ELLA y TOMA SU CRUZ. Verás como te sientes mejor, y no solo eso, comenzarás a ver como Dios se hace cargo de ella, ya que no te la pide por pedírtela; hará algo con eso.
Tomar su cruz significa vivir pensando en la majestuosidad de Dios y darle la gloria a El porque se lo merece; osea, te invita a que en vez de que camines por las calles sobre un pavimento frio, duro y hostil, camines en las nubes de Dios que El forma para tí.
La gloria sea para Dios siempre.
Dios te bendiga
Autor: Rafael Daviú Pimentel
Revisión: Alexis Pimentel T., Patricio Meza A.
viernes, 2 de abril de 2010
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