lunes, 19 de abril de 2010

PRESOS DE LA DICTADURA ECONÓMICA IMPERANTE.

El chileno promedio cuando sale fuera de su hogar al mundo que lo rodea, no pasa mucho tiempo, ni debe tener mayor preparación, para darse cuenta de que a cada momento, una persona, una agrupación o una gran empresa quiere interactuar con él de una u otra manera. Esta interacción puede ser percibida habitualmente mediante una imagen, leyenda o persona que oferta alguna cosa u otra que nosotros realmente “necesitamos”.

Aunque, quizás en algún aspecto, si sea útil aquel artefacto ofertado, estamos concientes de que no tenemos la real necesidad de ser poseedores de dicho material. De pronto y sin querer o tener mayor conciencia, no nos damos cuenta que en un momento estamos deseando ser dueños de aquello, y que realmente nuestras vidas pueden cambiar radicalmente si "usáramos aquel martillo de moda que el jefe de hogar no puede dejar de tener", o aquella "linda cartera que está tan original, sofisticada y a tan buen precio que sería un crimen no adquirirla en este momento". Nuestro hogar comienza a llenarse de cosas que en un momento creímos necesitar, pero como buen adulto con espíritu de niño, el juguete nuevo queda abandonado, a la espera de la llegada del nuevo, en algún lugar de nuestra cocina, patio, estante de los zapatos, ropero, ático, etc.

Comenzamos a sentir que nuestro sueldo no es tan bueno y que deberíamos ganar más. Nos quejamos, y nuestros pensamientos, que no paran de dar vueltas en nuestra mente, progresivamente comienzan a ser más y más grandes y no nos dejan descansar, y comienzan a agobiar. Los problemas en la familia hacen su aparición en este fatídico escenario. Gritos y peleas por falta de dinero y las frases como: “es tu responsabilidad pagar la cuentas cuentas”, “no te voy a dar mas dinero para que lo sigas malgastando”, “yo soy el que traigo el dinero a la casa” son como aire para las brasas que aún no encienden, y hasta el hogar más utópico, en donde la mamá y el papá son los pilares fundamentales del hogar y los hijos la alegría y orgullo de los padres, comienza lentamente a ser víctima de esta represión impuesta tanto por el sistema imperante que te dice "tienes la necesidad de comprar y endeudarte", como por nuestra negligencia al no darnos cuenta de lo que realmente sucede y ser personas desorganizadas que no saben cuanto dinero entra y cuanto debería de salir como gasto.

Vienen las licencias médicas por estrés, y es lógico, hay que sustentar a un hogar con $400.000.- , que es la entrada de un chileno promedio de clase media; y si en el hogar ambos trabajan se pueden sumar los sueldos a $800.000.- en el caso de que ambos tengan algún tipo de estudios. Y como si esto pareciera no ser suficiente, aparece un ángel en la tv que te dice: “¿tienes problemas?, pobrecito, con nosotros encontraras la solución. Sólo firma en éste espacio. Con este pequeño trozo de plástico podrás cancelar todas tus deudas y en cómodas cuotas mensuales pagando unos cuantos intereses”. Ante la necesidad que al principio fue creada, viene ahora una necesidad real: si, así es, le debes a alguien dinero.

Al principio era solo una imagen que se veía bonita, apetecible y deseable en un spot publicitario, esa bebida que se veía tan apetitosa y refrescante para aliviar tu sed, esa consola de Wii que era tan necesaria para aliviar tus tensiones al llegar de tu trabajo, ese juego de vajilla Italiana original tan linda para esas ocasiones especiales y que tu vecina ya había adquirido o ese costoso auto que aliviaría tu necesidad de viajar cómodamente durante 15 min. al trayecto al trabajo.

Ya esta hecho, te has endeudado hasta el cuello …..

Con esa tarjetita mágica pueden ser tuyos todos aquellos sueños que antes no eran posibles a menos que ahorraras una buena cantidad de tiempo. Ahora no sabes como salir de esa gran deuda contraída, y desearías no haber salido nunca a la calle para no haber sentido el deseo de comprar aquello jamás planificaste comprar. No sabes como salir de esa gran bicicleta que rueda y rueda y jamás termina de rodar, porque pides un crédito para pagar intereses en otro lado, cavas un hoyo para tapar otro. O peor aún, no has salido de un préstamo y ya estas comprando con tu linda tarjetita otro artículo que era tan NECESARIO para el quehacer de tu hogar.

¿Alguna mentira he dicho?, ¿te has sentido afectado por alguna de estas declaraciones?, debe ser porque a ti también te ha pasado, o peor aún, te esta pasando. No debes preocuparte, has sido enseñado por esta gran Matrix que te dice que debes comportarte así, porque solo así lograrás el éxito en esta vida. Solo las personas poderosas y con un buen auto son las que sobresalen; y aunque en forma contrapuesta sabes que no es el camino, y que el dinero no te hace feliz, ni te da una familia estable, una buena esposa, unos buenos hijos ni un buen grupo de amigos, misteriosamente siempre te has sentido atraído a ser una persona poderosa económicamente, y el modelo que has seguido es ser parte de este pequeño grupo de empresarios dueño de la mitad del país; aunque dentro de tus posibilidades sabes que nunca serás ni estarás cerca de ser parte de él.

¿Te sientes frustrado?. No digo que debas tener aspiraciones bajas, ni ser siempre de esa clase trabajadora “obrera” con un contrato caducable y con un sueldo que apenas te alcanza para vivir. Debes despertar. Puedes ser una persona que controle tanto su hogar como sus finanzas, y no sus finanzas a Ud, o lo que es peor, una empresa externa a Ud. Y si pertenece al grupo que gana $1.000.000.- al mes también puede serle util los consejos siguientes:
En primer lugar debes saber para qué estas puesto en esta sociedad. ¿Para acumular riquezas o ser dueño de alguna empresa renombrada?, ¿para vivir en constantes deudas tratando de adquirir cosas para aparentar algo que no eres?, ¿será, para no tener como pagar tus deudas y vivir en un constate estrés por la inseguridad de que puedes perderlo todo en un momento en que no puedas seguir pagando?. ¿No será que nuestro Dios permitió que estuviésemos en esta tierra para ser felices?.

Pero, ¿cómo ser feliz?. Ser feliz no consiste en una actitud impuesta, OK AHORA SOY FELIZ. Dios nos invita a vivir en un constante gozo, pero no de la forma que nosotros creemos; antes debemos dejar que exista un orden en nuestra vida, porque en el orden habita la paz, y en este tema tan contingente como lo es la economía, también Dios nos ha dejado una pala, una escoba y una bolsa de basura para mantener un orden que nos dará paz. Estas herramientas para hacer el aseo en nuestra economía y mantener una higiene financiera, son de fácil compresión y siguen principios bíblicos conocidos por nosotros:

1º Se buen administrador de lo que tienes. Tengas poco o tengas mucho, siempre podrás ser dueño de tus finanzas. Si tienes poco, es tu oportunidad para aprender a administrar aquello, ahorrar e incluso hasta dar. Si tienes mucho, tienes la oportunidad invertir y dar al que tiene menos, no por caridad, sino por agradecimiento a aquel que te lo dá.

2º Ahorra para que puedas tener. Ahorrar es separar un dinero y olvidarse de él. El que guarda siempre tiene; si ahorras, al momento de gastar pensarás muy bien antes de comprar y estarás practicando el principio de la jerarquización. No gastes en cosas inútiles, sino en lo que realmente necesitas.

3º No debas a nadie nada, y si le debes págale. Para que andar prófugo por la vida. Al recibir tú sueldo entrega lo que no te corresponde. No uses el dinero que no es tuyo. Solo paga, porque hay bendición cuando ocupas lo que es verdaderamente tuyo y no ajeno.

4º Analiza si tus tesoros son desechables o no. No te esmeres en tener demasiadas cosas, no sea que las personas se acerquen a tí por lo que tienes, en vez de por lo que ven en ti. No nos damos cuenta que hace casi 50 o 100 años la gente vivía igual, sin las necesidades que hoy se nos dice que debemos tener. Si colocas tu corazón en lo material, verán lo material y será solo eso, ostento. Si colocas tu corazón en aquel que lo da todo, te verán a ti, porque el rostro de Jesús se reflejará en ti, y el ser humano busca a Dios. No busques ser uno de los riquillos de tu país para ser mejor que tu vecino. Esfuérzate por ser feliz. Ser feliz es conocer a Dios y Dios es amor.

Autor: Klgo. Rafael Daviú Pimentel.
Revisión: Dra. Itzia Daviú Pimentel.

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